Una de las áreas más complejas y exigentes que debe atender un administrador de servicios turísticos es el alojamiento, por las repercusiones que tiene en la experiencia que viven los huéspedes.
Llegar a la habitación de un hotel con el deseo de darse una ducha y darse cuenta de que olvidó el champú en casa, y que la empresa no se lo suministra, es toda una contrariedad.